Todavía no podemos saber si Javier Moreno, el nuevo director, será, en las páginas de El País, una firma más frecuente que la de su predecesor. El artículo "Nación, diálogo y (buenos periódicos)" que publicó ayer confirma la tan hispana devoción por los referentes norteamericanos que inaugurara en PRISA Juan Luis Cebrián, sugiere una voluntad de estilo tan frustrada como su argumentación, pero, eso sí, apunta contra RZ con sorprendente contundencia: "la pésima gestión que del proceso de reordenación territorial necesario para construir la España del siglo XXI ha hecho el presidente Rodríguez Zapatero (...)"; "la batalla por la modernidad más allá de estériles debates nacionalistas, un empeño en el que el actual Gobierno socialista ha mostrado más voluntad que acierto, más intuición que oficio" . También se despacha el joven Moreno contra "el absurdo debate identitario (nación sí o no) al que dio pie un Gobierno tripartito en Cataluña organizado para conseguirle la presidencia de la Generalitat a Pasqual Maragall pese a que perdió las elecciones de 2003 (o quizá por ello mismo) supuso un punto de partida. Tras extenderse por otras autonomías, el desaguisado amenaza con sucederse a sí mismo en Cataluña esta semana para, de nuevo, convertir en presidente de la Generalitat al líder de los socialistas catalanes, José Montilla, que en lugar de dimitir tras perder su partido cinco escaños y casi un 25% de los votos en las últimas elecciones, ha preferido volver a asociarse con la formación que tuvo que ser expulsada del Ejecutivo catalán por hacer imposible el consenso sobre el nuevo Estatuto."
Un artículo con firma no define, claro, la estrategia de un director, y un director puesto a dedo por la empresa tampoco define la estrategia del diario. ¿Qué objetivos asignará PRISA ahora a El País. dentro de esas dos grandes metas que se alimentan mutuamente, lucrar e influir?
divendres, de novembre 24, 2006
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